Imagina un mundo sin poner etiquetas y que tratáramos a las personas, por lo que son interiormente.

Si el mundo fuera ciego..¿ A cuanta gente impresionarías ?

¿Te has planteado alguna vez la importancia que tendrían las cosas en un mundo ciego?

Empezaría hablándote de la música… Dejarías de fijarte en el nuevo look de Bad Bunny o en el yate con las modelitos en el que se rueda un videoclip, y empezarías a darle importancia a cada una de las notas, a cada sonido, cambio, melodía, palabra… Dejarías de oír y empezarías a escuchar, a sentir.

Nuestra apariencia no debe de determinar nuestro género, si una mujer tiene algo de bigote, no la hace hombre, es una apariencia, si un hombre trata con amabilidad a otro hombre, no quiere decir que deja de ser hombre o si le da un beso a su padre, por ejemplo mi padre antes y aun hoy no me deja besarlo, porque él dice que un hombre, no debe de expresar cariño a otro.

Pero es mi padre, en fin, prácticamente siempre juzgamos la apariencia, un hombre no puede decir que guapo te vez y esa camisa luce genial con tus ojos, un comentario no debería de calificar la hombría de un hombre a otro hombre, nunca, menos decirle acompáñame al baño, para la mujer esto, es súper normal, acaso todas las mujeres son lesbianas por ello, “no”, no lo creo, son simplemente más sinceras con ellas y sin tantos complejos.

Hoy en día si un hombre se pone una falda, solo falta que lo maten en menos de 100 mts para que ya no vuelva a hacerlo nunca más, sin embargo, nos olvidamos que en escocia el traje típico de ellos es falda, los indígenas de Guatemala de Sololá usan una falda también y no por eso son mujeres, es solo apariencia, si queremos saber la identidad de alguien, preguntemos mejor, no juzguemos, amemos o no lo hagamos, es nuestra opción, pero valoremos su ser interno, lo real, no su apariencia, no lo superficial. Dejemos de juzgar.

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